En el vestido femenino se debia distinguir:
La túnica se colocaba sobre la piel llevaban una camisa ( túnica interior); debajo o sobre la camisa una fascia pectoralis para sostener el pecho. Usaban también el subligar pero solo durante el baño.
La stola, qe para la matrona es el traje nacional era un largo vestido que descendía hasta los pies y estaba ceñido a la cintura por un cinturón. En la orilla extrema de la stola se cosía una guarnición de púrpura.
Las muchachas iban con la cabeza descubierta, en casa y fuera de ella, y las señoras conservaban la dignidad matronal cubriéndose la cabeza con la orilla de la palla, cuando se la ponían para salir en público. Los únicos objetos consentidos a la delicadeza femenina eran bolsitas, el abanico y la sombrilla. La sombrilla y el abanico eran llevados por la esclava que acompañaba a la señora.
Los ornamentos femeninos eran muy variados a parte de la sortija finamente trabajada y hasta por la costumbre de grabar en la piedra preciosa una fórmula de buen augurio, las señoras llevaban hebillas, horquillas, cintas ornadas de oro y de piedras preciosas hábilmente insertas en el peinado, pendientes, brazaletes, collares y cadenillas para la garganta, gruesas ajorcas en los tobillos. Los pendientes llevaban perlas de gran tamaño y piedras preciosas solían ponerse más de uno en cada oreja.
WEBGRAFÍA:
La túnica se colocaba sobre la piel llevaban una camisa ( túnica interior); debajo o sobre la camisa una fascia pectoralis para sostener el pecho. Usaban también el subligar pero solo durante el baño.
La stola, qe para la matrona es el traje nacional era un largo vestido que descendía hasta los pies y estaba ceñido a la cintura por un cinturón. En la orilla extrema de la stola se cosía una guarnición de púrpura.
Las sobrevestes para salir en público, usaban el ricinium, un sencillo manto cuadrado que cubría las espaldas y tal vez la cabeza. Pero en los últimos siglos de la República y en la época imperial el ricinium fue sustituido por la palla, un vestido más ancho.
La mujer calzaba soleae, socci y calcei; los calzados tenían de particular la mayor blandura de la piel, la vivacidad de los colores (entre los cuales eran usadísimos el rojo y el dorado) y la riqueza de ornamentos, tal vez preciosos.Las muchachas iban con la cabeza descubierta, en casa y fuera de ella, y las señoras conservaban la dignidad matronal cubriéndose la cabeza con la orilla de la palla, cuando se la ponían para salir en público. Los únicos objetos consentidos a la delicadeza femenina eran bolsitas, el abanico y la sombrilla. La sombrilla y el abanico eran llevados por la esclava que acompañaba a la señora.
Los ornamentos femeninos eran muy variados a parte de la sortija finamente trabajada y hasta por la costumbre de grabar en la piedra preciosa una fórmula de buen augurio, las señoras llevaban hebillas, horquillas, cintas ornadas de oro y de piedras preciosas hábilmente insertas en el peinado, pendientes, brazaletes, collares y cadenillas para la garganta, gruesas ajorcas en los tobillos. Los pendientes llevaban perlas de gran tamaño y piedras preciosas solían ponerse más de uno en cada oreja.
WEBGRAFÍA:
http://recursos.cnice.mec.es/latingriego/Palladium/latin/esl143ca6.php
FOTOGRAFÍA:
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