domingo, 13 de diciembre de 2009

Batalla de Actium

La Batalla Naval de Actium se produjo el 2 de septiembre del año 31 a. C., entre las flotas de Cayo Julio César Octaviano, dirigida por Agripa, y la de Marco Antonio y su aliada Cleopatra, frente al golfo de Ambracia y el promontorio de Actium (Accio). La batalla se saldó con la victoria absoluta de Augusto y la huida de Antonio y Cleopatra.

Antecedentes
La propaganda oficial de Augusto, unida a la negligente actuación de Antonio, su alianza con la reina Cleopatra y la deserción y huida de los cónsules y 300 senadores partidarios de Antonio del año 31 a. C., provocaron una escalada en las hostilidades entre ambos triunviros.
Octaviano y Agripa llevaron sus tropas al otro lado del Adriático, evitando que el conflicto armado llegase a Italia. Con una victoria naval cortaron las líneas de suministro del ejército de Antonio por el Golfo de Ambracia.
A la desesperada, Antonio buscó sin éxito el enfrentamiento por tierra que le hubiera sido favorable, mientras se producía la deserción en masa de los dinastas orientales que lo apoyaban, de parte del ejército (descontento y mal alimentado) y de los senadores que no veían con buenos ojos la dominación de Cleopatra.

La Batalla de Actium
El enfrentamiento final llegó el 2 de septiembre frente al promontorio de Actium en Acarnia. La flota de Antonio estaba dividida en cuatro escuadras, con las velas a bordo, listas para la lucha. La escuadra de Cleopatra incluía el resto de los barcos mercantes, junto con el cofre del tesoro y los bienes valiosos, y permaneció en la retaguardia, aparentemente nunca presta a la batalla. El grueso de los 20.000 legionarios y 2000 arqueros que habían embarcado en las naves de Antonio se dividieron entre las otras tres escuadras. Agripa embarcó a unos 40.000 soldados, y tomó una posición a 1,6 km de la costa, tentando a Antonio a salir a mar abierto. Sin embargo, éste intentó provocar un combate cerca de la costa, donde no era posible que su flota fuera rodeada por la del enemigo; se llegó así a un estancamiento.
Al mediodía debía empezar a soplar una brisa que permitiría a los barcos de Antonio escapar del alcance de los de Agripa, que habían dejado las velas en la costa. Así, Antonio avanzó mar adentro para aprovechar el viento naciente. Primero avanzó el ala izquierda de su flota, y ambas armadas se encontraron frente a frente. Agripa, al mando de su ala izquierda, empezó a extender las líneas para desbordar a Antonio, que estaba en la derecha, por el flanco. El ala derecha de Antonio debía desplazarse al norte para evitar esta maniobra, y empezó a separarse del centro. Las naves de Antonio, grandes y lentas, dirigidas por el cónsul Cayo Sosio, fueron derrotadas por las naves más pequeñas y maniobrables de Agripa y su superior armamento. Las naves de Cleopatra, en vez de luchar, huyeron por el centro de la línea de Agripa a través de las naves combatientes, seguidas por Antonio. Esta huida fue inadvertida y la lucha concluyó dos horas después, hacia las cuatro de la tarde, con la rendición de la flota de Antonio.


Después de la batalla
La batalla de Actium decidió el resultado del enfrentamiento entre Marco Antonio y Octavio, pero no terminó la guerra. Antonio y Cleopatra reorganizaron la resistencia en Alejandría, donde fueron vencidos sin lucha en agosto del año 30 a. C. Antonio terminó entonces su vida atravesándose con su propia espada. Cleopatra se suicidó también para evitar figurar en el desfile triunfal de Augusto. El ejército de tierra de Antonio se rindió y fue tratado con clemencia.
La propaganda oficial convirtió Actium en un enfrentamiento entre los dioses romanos y los dioses animales egipcios. El futuro político de los nobles romanos quedó marcado por el lado del que se habían puesto. La fecha de esta batalla se ha usado para marcar el final de la República Romana y el comienzo del Imperio.


El debate
Existen diferencias entre los eruditos a la hora de valorar el enfrentamiento. Por un lado hay quien postula que Marco Antonio buscaba una retirada completa, pues sus naves llevaban un velamen demasiado grande, del que no se hubiese hecho uso si se preparase una batalla naval. Otros sugieren que lo que se buscaba era un enfrentamiento con una parte del ejército que encubriese honrosamente lo que en realidad era una huida. Otro motivo de conflicto es la participación de Cleopatra en esta decisión. Tampoco son fiables las cifras que se dan para el número de naves en cada bando; según Plutarco, antes de la confrontación Antonio contaba con 600 naves, de las que César capturó 300, cifrándose en unas 5.000 las bajas humanas. Según otros autores, ambas fuerzas tenían un tamaño similar de 200 naves.

Augusto

Augusto, en la onomástica oficial, IMPERATOR·CAESAR·DIVI·FILIVS·AVGVSTVS, que significa Emperador César Augusto, hijo adoptivo del Divino (Julio César). Su nombre en la infancia fue Caius Octavius Thurinus. Tras la adopción testamentaria de su tío abuelo, Julio César, pasó a llamarse Caius Iulius Caesar Octavianus. Finalmente, el 16 de enero de 27 a. C., por aclamación del Senado su nombre oficial quedó fijado como IMPERATOR CAESAR AVGVSTVS. Tras su muerte, fue declarada su aposteosis, se le recordó siempre como Divus Augustus.
Es considerado el primero y más importante de los emperadores romanos, aunque él mismo no se consideró como tal durante su reinado, prefiriendo usar el título de princeps civium (el primero de los ciudadanos). Por eso, los romanos conocieron el nuevo sistema político como Principatus. Acabó con un siglo de guerras civiles y dio a Roma una era de paz, prosperidad y grandeza.

Ascenso al poder
Cuando César fue asesinado el 15 de marzo de 44 a. C., Octavio estaba con el ejército en Apolonia. En el testamento, César, sin hijos legítimos, adoptó a su sobrino nieto, que toma el nombre de Cayo Julio César Octaviano y le nombró su heredero. Marco Antonio acusó posteriormente a Octavio de haberse ganado su adopción a cambio de favores sexuales, aunque Suetonio considera dicha acusación como una difamación con fines políticos.

Marco Antonio declara abolida la dictadura, aunque se niega a reconocer a Octavio como heredero del poder político de César.
Mientras, Octavio atraviesa Italia y recluta un ejército de César, haciendo valer su condición de heredero. Con apenas 18 años, se subestiman sus posibilidades y su poder real. Así, se enfrenta a Marco Antonio; contando con el apoyo de Cicerón y de los republicanos del Senado de Roma que le conceden poderes de propretor, con lo que esperan dividir a los cesaristas y enfrentarles entre sí; también cuenta con el apoyo de los grandes financieros y así costearse un ejército.

Tras derrotar a Marco Antonio en la guerra de Módena, en la que mueren dos cónsules, Augusto exige al Senado el nombramiento como cónsul; rechazado por su juventud (tenía sólo 20 años), marcha sobre Roma y se hace nombrar cónsul por el pueblo y las legiones, no teniendo necesidad de trabar combate. Pero en el 43 a. C., Octavio consigue ser cónsul haciéndose otorgar poderes extraordinarios, en principio para hacer cumplir las sentencias de los tribunales especiales establecidos para perseguir a los asesinos de César

El Segundo Triunvirato (43 a. C. - 36 a. C.): Octavio, Antonio y Lépido
Una vez controlada Roma, el Segundo Triunvirato logra el reconocimiento legal.

Los triunviros promueven una campaña de proscripciones en la que se confiscan las propiedades y se ejecuta a unos trescientos senadores, entre ellos Cicerón, y al menos dos mil caballeros romanos (equites). Se trata de algo más que la estricta persecución de los asesinos de César, ya que cumple la doble tarea de eliminar todos los adversarios y al tiempo recabar fondos para pagar a las tropas.
En el 42 a. C., Marco Antonio y Octavio marchan a Oriente, mientras que Lépido permanece en Roma. Mientras Octavio regresa a Roma, Marco Antonio se hace atribuir las provincias orientales, se dirige a Egipto donde conforma una alianza con Cleopatra.
En el 38 a. C., se procede a la renovación prevista del Segundo Triunvirato por otros 5 años.
En el 37 a. C., Octavio cambia de política respecto a Sexto Pompeyo, y llega al Tratado de Tarento con Marco Antonio, que cede su flota a Octavio a cambio de apoyo económico y la recluta de legiones en Italia para una futura campaña contra los Partos.
En el año 36 a. C., la flota de Octavio, encomendada a Agripa, derrota a Sexto Pompeyo en las batallas de Milas y Nauloco, siendo posteriormente asesinado por los hombres de Octavio.
En paralelo a las operaciones navales, Lépido había procedido a invadir Sicilia, donde trata de atraerse a los sextianos, con el fin de conservarla para sí. Sin embargo Octavio se presenta en la isla y consigue atraerse a las tropas de Lépido.
Octavio acusa de traición a Lépido, y procede a su destitución como triunviro. Sin apoyos, Lépido cede sus dominios de Sicilia y África a Octavio, que le perdona la vida y lo envía a Roma, desprovisto de todos sus títulos, excepto el de Pontifex Maximus que conserva hasta su muerte.

Ruptura del Triunvirato y Guerra Civil (36 a. C. - 30 a. C.)
La situación se torna cada vez más tensa, sobre todo a raíz del incumplimiento del Tratado de Tarento (Octavio evita que las tropas reclutadas se unan a Marco Antonio cuando éste las reclama) y del abandono de Octavia por Marco Antonio en el 36 a. C., cuando vuelve a Egipto.
Durante el año 33 a. C. la situación empeora entre Octavio y Marco Antonio. En primer lugar, Marco Antonio cede algunos de los territorios conquistados a Cleopatra, en pago por los suministros materiales, económicos y militares que ésta ha aportado, aunque esto es presentado por Octavio y sus propagandistas como el primer paso para la fundación de un reino helenístico, con base en Egipto. En segundo lugar, Marco Antonio, para contrarrestar lo anterior y buscar apoyos entre los cesarianos, se nombra tutor de Cesarión, al que proclama como hijo legítimo de Julio César. A su vez, Octavio, para diluir los posibles apoyos a Marco Antonio, publica el testamento de Marco Antonio, en el que no aparecen ni Octavia (su mujer) ni sus hijas, legalmente herederas según el Derecho Romano.

El siglo de Augusto
La audacia de Augusto le llevó al poder y su gobierno se caracterizó por la prudencia con la que gobernó. A cambio del poder absoluto y la confianza que el pueblo había depositado en él, Augusto dio a Roma 40 años de paz cívica y de prosperidad constante, el período conocido históricamente como la paz augusta. Creó el primer ejército permanente y la marina de guerra de Roma y colocó a las legiones a lo largo de las fronteras del imperio, donde no podrían involucrarse en la política. También reformó las finanzas de Roma y los sistemas fiscales.



Muerte de Augusto y Ascenso de Tiberio

El 19 de agosto del 14, Augusto muere en Nola. Póstumo Agripa y Tiberio habían sido nombrados coherederos. Sin embargo, Póstumo había sido desterrado y muere antes de poder acceder al trono por una conspiración fomentada por Livia quien quería a su hijo como emperador pero para Tiberio fue fácil asumir los mismos poderes que había tenido su padrastro.

viernes, 11 de diciembre de 2009

Batalla de Maratón

La batalla de Maratón (en griego antiguo Μάχη τοῡ Μαραθῶνος) fue un enfrentamiento armado que definió el desenlace de la Primera Guerra Médica. Ocurrió en el año 490 a. C. y tuvo lugar en los campos de la ciudad de Maratón. Enfrentó por un lado al rey persa Darío I, quien deseaba invadir y conquistar Atenas por su participación en la revuelta jónica y por otro lado, a los atenienses y sus aliados. Una proeza recordada en esta batalla fue la de Filípides, quien recorrió el camino desde Maratón hasta Atenas para anunciar su victoria.


Trasfondo de la batalla
En 511 a. C., con la ayuda de Cleómenes I, el rey de Esparta, la gente ateniense expulsa a Hipias, tirano de Atenas. Hipias huyó a Sardes, a la corte del sátrapa más cercano, Artafernes, y le prometió el control de Atenas si lograban restaurarlo en el poder.

Cuando Atenas exigió a Persia que entregara a Hipias para ser enjuiciado, los persas se negaron, lo que provocó que Atenas enviara 20 naves en ayuda de los jónicos. La ciudad de Eretria también había enviado ayuda, aunque no sirvió de mucho.Esto alarmó a Darío, que deseaba castigar a las dos ciudades. En 492 a. C., envió un ejército bajo el mando de su yerno, Mardonio, a Grecia. Empezó con la conquista de Macedonia y obligó a Alejandro I a abandonar su reino, mientras que en el camino al sur, la flota persa fue arruinada en una tormenta en el cabo Athos, perdiendo 300 naves y 20.000 hombres. Mardonio fue forzado a retirarse a Asia. Los ataques de los tracios infligieron pérdidas al ejército persa en retirada. Darío, deseando aprovecharse de esta situación para conquistar Atenas, que aislaría a Esparta, conquistaría al resto de los griegos en el Egeo y consolidaría su control sobre Jonia. Para esto envió exclusivamente fuerzas navales al mando de Artafernes, que fue el que hizo el trato con Hipias, y a Datis, un medio-almirante de Mardonio para que tomara por sorpresa la ciudad.


Antes de la batalla
Durante cinco días, los ejércitos se enfrentaron en forma pacífica. El sexto día, cuando Milcíades era el general del prytanevon, posiblemente el 12 de septiembre o 12 de agosto de 490 a. C. los persasdecidieron atacar Atenas.
La distancia entre los dos ejércitos era de 1.500 metros. A veces se podía escuchar el grito de guerra de los atenienses: Ελελευ! Ελελευ!” (Eleleu, Eleleu), esto fue una sorpresa para los persas que creyeron que los atenienses habían enloquecido por el combate.


El combate
El resultado fue un envolvimiento doble y la batalla terminó cuando el ejército persa, apretado en la confusión, se vio obligado a retirarse. Sucumbiendo ante el pánico los persas se retiraron a sus naves que más tarde fueron perseguidas por los griegos. Algunos, desconocedores del terreno local, corrieron hacia los pantanos donde se ahogaron.

Los atenienses perdieron 192 hombres y los Platenses 11, más durante la persecución final cuando su armadura pesada probó ser una desventaja. Entre los muertos estaba el Polemarca Calímaco y el General Estesilao.

Después del Combate


Al finalizar la batalla, y sabiendo del ataque de la flota persa a la ciudad, Milcíades decide enviar a su soldado más veloz, el corredor Filípides, con órdenes de anunciar la victoria de Atenas en Maratón sobre el ejército persa.
La leyenda nos cuenta que Filípides recorrió el camino desde el campo de Maratón hasta Atenas, sumando alrededor de 42000 metros, al llegar a la ciudad anunció ¡Hemos Vencido! y, sin más fuerza, cayó muerto. En homenaje a esta proeza se realiza el llamado “Maratón.

Los atenienses concedieron a los muertos de Maratón el honor especial de ser los únicos que fueran enterrados donde murieron en vez del cementerio principal de Atenas en Kerameikos. En la tumba de los atenienses, Simónides escribió:
Ελλήνων προμαχούντες Αθηναίοι Μαραθώνι χρυσοφόρων Μήδων εστόρεσαν δύναμιν. Los Atenienses, defensores de los Helenos, en Maratón destruyeron al poderoso vestido de oro Meda.

domingo, 6 de diciembre de 2009

Filipo II de Macedonia

Filipo permaneció como rehén en Tebas (368 a. C.-365 a.C.), durante tres años. En esa época, recibió educación militar y diplomática de Epaminondas.

En 364 a. C. Filipo volvió a Macedonia, participando en asuntos de gobierno. La muerte de sus hermanos mayores, le permitieron convertirse en regente y el joven Filipo, de 22 años, se convirtió en el gobernante de facto.
Una vez en el poder, inició una serie de reformas en el ejército que le permitieron vencer a ilirios, tesalios, peonios y tracios, ampliando la extensión de Macedonia, esto provocó la enemistad de Atenas que caracterizará su reinado.

Su primera intervención en la política griega será con motivo de la Tercera Guerra Sagrada (354 a.C.) luchando contra los focios e invadiendo la Calcidia, aunque fue detenido por los atenienses en las Termópilas. El conflicto acabó con la firma de una paz con Atenas y el nombramiento de Filipo como arconte perpetuo en Tesalia. La firma de un tratado con el rey persa permitió a Filipo extender su territorio al Epiro. Tras tres años de dura lucha Filipo venció a los aliados en la batalla de Queronea (338 a.C.) convirtiéndose en el dueño absoluto de toda Grecia. Al año siguiente reunió a las ciudades griegas en una asamblea general en Corinto con el fin de fundar la Liga Panhelénica bajo soberanía macedonia. Con el apoyo de la Liga, Parmenión partió hacia Asia con el objetivo de provocar un levantamiento de las ciudades griegas contra los persas y poner en marcha el plan más importante de Filipo: acabar con el Imperio Persa.



Fue el padre de Alejandro Magno, y sus hazañas allanaron el camino de la gloria recorrido por su hijo pero también es posible que lo fuese de Ptolomeo I Sóter, fundador de la dinastía Ptolemaica.

Filipo fue asesinado por un noble llamado Pausanias.