lunes, 17 de enero de 2011

Mito de Zeus y Hera

Llegó un tiempo en el que el orgullo y el mal genio de Zeus se hicieron tan intolerables que Hera, Poseidón, Apolo y todos los demás olímpicos, con excepción de Hestia, lo rodearon de pronto cuando dormía en su lecho y lo ataron con correas de cuero crudo, enlazadas en cien nudos, de modo que no pudiera moverse. Él les amenazó con matarlos al instante, pero ellos habían puesto el rayo fuera de su alcance y se rieron de él de modo insultante.

Mientras los dioses celebraban su victoria y discutan celosamente quién iba a ser su sucesor, La Nereida Tetis, previendo una guerra civil en el Olimpo, corrió en busca del gigante de cien manos Briareo, quien rápidamente desató las correas empleando todas las manos al mismo tiempo, y liberó a su señor.

Ya que Hera había encabezado la conspiración contra él, Zeus la colgó del firmamento con un brazalete de oro en cada muñeca y un yunque atado a cada tobillo. Los demás deidades estaban indignadísimas, pero no se atrevieron a liberarla a pesar de sus gritos lastimeros. Al final Zeus decidió ponerla en libertad si ellos juraban que no volverían a revelarse contra él, cosa que hicieron todos ellos por turnos y a regañadientes. Zeus castigó a Poseidón y Apolo enviándolos como siervos al rey Lacmedonte, para quien construyera la ciudad de Troya, pero perdono a los demás por haber actuado bajo coacción.


BIBLIOGRAFÍA:
• López Melero, Raquel "Diccionario de la mitología clásica" Editorial Alianza.
• Grimal, Pierre "Diccionario de mitología griega y romana" Editorial Laidos.
• Graves, Robert “Los mitos griegos 1” Editorial Alianza.

viernes, 12 de noviembre de 2010

Mito de Prometeo y Pandora

Cuando dioses y humanos se separaron. Prometeo benefició a los humanos al establecer las normas del ritual de los sacrificios. Organizó las carnes de las víctimas sacrificadas en dos lotes: en uno colocó las suculentas carnes; en el otro dispuso, envueltos en la grasa, los huesos y vísceras. Tras ponerlos al fuego, rogó a los dioses que eligieran un lote. Zeus eligió el segundo y, al comprobar su contenido, se encolerizó con Prometeo y los mortales.
Entonces Zeus castigó a los humanos retirándoles el fuego, y Prometeo acudió en su ayuda. Robó el fuego del Olimpo y se lo devolvió a los hombres. Prometeo fue castigado siendo encadenado en las montañas del Cáucaso, donde un águila le devoraba cada día el hígado, que por la noche le volvía a crecer.

Para los humanos el castigo fue más sutil. Con la participación de todas las divinidades, se modeló una mujer, que recibió todos los dones para ser atractiva. La llamaron Pandora y se la destinaron, con una tinaja que contenía todos los males del mundo a Prometeo. Éste receló desde el primer momento, y no quiso aceptar los presentes que se le hacían.

Aunque Epimeteo, el hermano torpe de Prometeo, había sido advertido de que no debía aceptar ningún regalo de los dioses, no dudó en acoger a la hermosa mujer, que dotada de curiosidad, le hizo abrir la tinaja. Entonces, los males se esparcieron por toda la tierra.

Asustado, Epimeteo colocó de inmediato la tapadera, pero sólo evitó que saliera la esperanza.

viernes, 28 de mayo de 2010

Mito de Hera y Hefesto

Zeus y Hera, rey y reina del Olimpo, concibieron su hijo Hefesto antes de casarse, en un rapto de pasión. Desgraciadamente, este hijo nació contrahecho. Tenía los pies torcidos, y su aspecto vacilante y caderas dislocadas suscitaba la risa incontenible de todos los inmortales cuando caminaba entre ellos.

Hera, avergonzada de que a pesar de toda su belleza y esplendor hubiera dado vida a semejante criatura imperfecta, trató de librarse de ella. Arrojó a su hijo al mar desde las alturas del Olimpo, de donde fue recogido por Tetis, la diosa de las aguas.

El niño permaneció durante nueve años escondido bajo las aguas. Pero las dotes de Hefesto eran tan grandes como su fealdad, y pasó el tiempo forjando un millar de objetos ingeniosos para sus amigas las ninfas marinas. Es de comprender que también se sintiera furioso por el trato recibido y, a medida que iba desarrollando fortaleza de cuerpo y mente, planeó una venganza astuta.


Cierto día Hera recibió un regalo de su hijo ausente: un exquisito trono de oro, bellamente trabajado y decorado. Se sentó en él con deleite, pero cuando intentó levantarse, unas correas invisibles la detuvieron de repente. En vano intentaron liberarla del trono otros dioses. Tan solo Hefesto era capaz de ayudarle a soltarse, pero este se negó a abandonar las profundidades del océano.

El dios de la guerra, Ares, que era su irascible hermano, trató de levantarla por la fuerza, pero Hefesto le lanzó hierros de marcar incandescentes. Dioniso, medio hermano de Hefesto y dios del vino, tuvo más éxito: hizo que Hefesto se emborrachara, lo tendió sobre el lomo de una muía y lo llevó al Olimpo.

Pero Hefesto siguió negándose a cooperar a menos que se atendiera a sus demandas. Pidió por esposa a la más bella de las diosas, Afrodita. Desde entonces reinó la paz entre Hera y su hijo. Olvidando su antiguo rencor.

BIBLIOGRAFÍA:

  • López Melero, Raquel "Diccionario de la mitología clásica" Editorial Alianza
  • Grimal, Pierre "Diccionario de mitología griega y romana" Editorial Paidos

jueves, 6 de mayo de 2010

Hera

Hera en la mitología griega era reina de los dioses, hija de los titanes Cronos y Rea, y fue tragada al nacer por éste debido a una profecía sobre que uno de sus hijos le arrebataría el trono. Zeus se salvó gracias a un plan urdido por Rea y Gea: la primera envolvió una piedra en pañales y se la dio a Crono en su lugar. Mientras tanto, Zeus fue llevado a una cueva en Creta. Más tarde Rea dio a Crono una hierba que según le dijo le haría completamente invencible, pero en realidad le hizo regurgitar a los otros cinco olímpicos: Hestia, Deméter, Hera, Hades y Poseidón, así como la piedra. Cuando Zeus creció, desterró a Crono al Tártaro, la sima más profunda del inframundo, pues los Titanes eran inmortales y no podía matarlos.

Su equivalente en la mitología romana era Juno. Hera, se representa majestuosa y solemne, en el trono y coronada el polos (una alta corona cilíndrica), pudiendo llevar en su mano la granada, símbolo de la fértil sangre y la muerte, y sustituto de la cápsula narcótica de la amapola.
Hera fue muy conocida por su naturaleza celosa y vengativa, principalmente contra las amantes y la descendencia de Zeus, pero también contra los mortales con los que se cruzaba, como Pelias. Paris, quien la ofendió al elegir a Afrodita como la diosa más bella, se ganó así su odio.

Emblemas de la presencia de Hera

En la imaginería helenística, la carreta de Hera era tirada por pavos reales, pájaros desconocidos para los griegos antes de las conquistas de Alejandro Magno, cuyo tutor, Aristóteles, alude a ellos como «pájaros persas». El motivo del pavo real resurgió en la iconografía renacentista que unificó a Hera y Juno, y en la que se centraron los pintores europeos. Un pájaro que había sido asociado con Hera en un nivel arcaico, donde la mayoría de las diosas egeas estaban relacionadas con «su» pájaro, era el cuco, que aparece en fragmentos mitológicos acerca del primer cortejo de una virginal Hera por parte de Zeus.

Hera y sus hijos

Hera preside sobre los correctos preparativos del matrimonio y es el arquetipo de la unión en el lecho nupcial, pero no destaca como madre. Los legítimos descendientes de su unión con Zeus son Ares (dios de la guerra), Hebe (diosa de la juventud), Eris (diosa de la discordia) e Ilitía (diosa de los partos). Hera estaba celosa de que Zeus alumbrase a Atenea sin recurrir a ella (en realidad con Metis), así que engendró a Hefesto sin él. Hera estuvo entonces disgustada con la fealdad de Hefesto y lo expulsó del Olimpo. Según otra versión alternativa, Hera dio a luz sola a todos los hijos normalmente atribuidos a Zeus y a ella juntos, golpeando su mano contra el suelo, un acto solemne para los griegos.
Hefesto se vengó de Hera por haberle rechazado haciendo un trono mágico para ella que, cuando se sentó, no le dejaba levantarse de él. Los demás dioses rogaron a Hefesto que volviese al Olimpo para liberarla pero éste se negó repetidamente. Dioniso le emborrachó y le llevó de vuelta al Olimpo a lomos de una mula. Hefesto liberó a Hera tras recibir a Afrodita por esposa.


WEBGRAFÍA

http://www.portalplanetasedna.com.ar/mitologia_griega1.htm

http://es.wikipedia.org/wiki/Hera

http://atenea-nike.com/pagina_45.html

http://www.guiascostarica.com/mitos/grecia01.htm

domingo, 4 de abril de 2010

Daily object

Name of object
Spoon.

Name of the artist
Not known.

Material and techniques
Metal or bone.

Dimensions
There were of various sizes.

Description
Spoons had a small round or oval bowl and needle-shaped handle which also served to puncture bits of food or open mussels.

Where it is to be seen now
Museo provincial de Zaragoza.

Objeto cotidiano

Nombre del objeto
Cuchara.

Nombre del artista
No se sabe.

Material y técnica
Metal o hueso

Dimensiones
Había de varios tamaños.

Descripción
Las cucharas tenían una pequeña cazoleta redonda u ovoide y mango en forma de aguja que servía también para pinchar trozos de comida o abrir mejillones

Dónde se exhibe ahora
Museo provincial de Zaragoza.

viernes, 26 de marzo de 2010

Cup with Pelops and Oenomaus

Name
Cup with Pelops and Oenomaus

Name of the artist
Sotades.

Material
Ceramics.

Techniques
Red figures.

When it was made
420 B.C.

Where it is to be seen now
Museo Provincial de Zaragoza.

Historical context of the pieze
King Oenomaus challenged the contender for his daughter Hippodamia’s hand in marriage to a chariot race. Oenomaus wished to avoid the oracle as it had been predicted that his son-in-law would kill him.

Pelops was victorious thanks to the golden chariot pulled by Pegasus, witnessing the death of Oenomaus when his chariot fell apart.